viernes, 2 de enero de 2015

Adictos a la Escritura Enero

Como saben hace algunos meses me inscribí a un proyecto que mes a mes nos deja algunos ejercicios de escritura, el blog de Adictos a la escritura, y este mes de enero la idea consistía en escribirle una carta a los reyes magos, así que les presento mi texto, un poco extraño.

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

He intentado por otras vías que me traigan el único regalo que en realidad deseo, pero al parecer el Gordo de San Nicolás se ha equivocado de casa. Al despertar en navidad me he encontrado con un árbol lleno de muchos regalos perfectamente ordenados y cuyo papel de envoltura es el más lindo, más suave y el más bello que haya visto antes, y aunque no quiero sonar como un malagradecido ninguno de esos regalos era lo que pedí, claro que los deseaba pero no lo suficiente como lo que pedí. Fue tanta mi decepción que me puse a llorar desconsolado y mi padre vino y me abrazó. Juntos empezamos a desenvolver, lo hice porque en su rostro veía el atisbo de una sonrisa que hace mucho no veía.

Había un hermoso automóvil de juguete, de un rojo brillante, con enormes llantas y con un diseño moderno, también había un bonito oso de peluche de color pardo y unos ojos negros, con una enorme sonrisa, y por último una bicicleta para niños grandes, sin las insoportables ruedas traseras, porque ya no las necesito, pero aún así mis queridos Reyes Magos eso no es lo que deseaba.

Les contaré que es lo que deseo en realidad pero antes debo contarles cómo comenzó todo, hace unos meses mi familia y yo estábamos de vacaciones, aunque aún teníamos clases,  recuerdo que viajamos al campo, papá conducía mientras mamá sonreía, sé que lo hacía porque vi el reflejo de su sonrisa, mientras el aire que entraba por la ventanilla abierta mecía su cabello.

Jugábamos a contar árboles, y a las adivinanzas en la parte trasera con mi hermano menor, de alguna manera nos quedamos dormidos él y yo; y para cuando despertamos habíamos llegado a la casa de campo. El sol brillaba en lo alto y había un agradable olor a tierra mezclada con un dulzón aroma de hojas de eucalipto que parece que satura el aire y todo queda impregnado.

Fue un día muy tranquilo en el que ayudamos a mamá a limpiar el polvo, barrer y dejar la casa habitable, llevábamos una buena temporada sin venir, ahora que lo pienso era muy extraño que viniéramos, pero decidí pasar por alto eso y me dediqué a disfrutar de la casa, del lago y por supuesto de mamá.

Mamá había estado un poco indispuesta las últimas semanas, la recuerdo llorando desconsoladamente, con las lágrimas cubriéndole el rostro y su cabello desordenado, el maquillaje  era en realidad unas manchas negras y rojizas, recuerdo a un médico decir que el aire limpio del campo la ayudaría, ¿a que la ayudaría? Yo solo la había visto llorar, no la vi enferma, yo mismo he llorado pero no por eso me envían al campo.

Pasaron algunos días y veía a papá  muy tenso, preocupado tan ensimismado, que no dudé a la primera oportunidad en preguntarle que le sucedía, el simplemente me miró, vi en sus ojos un rastro de tristeza, como si hubiera estado llorando, y luego recuerdo los gritos de mamá. Gritaba de una manera espeluznante, su voz parecía la de miles de hombres pero en su delicado cuerpo.

Recuerdo a papá corriendo hacía su habitación, y luego el ruido de unos cristales rotos, gritos y llantos.

Queridos Reyes Magos pido que mamá vuelva del sitio solitario en la que la dejamos hace unas semanas, estaba tan quieta, tan pálida y tan tranquila.  

5 comentarios :

  1. Que relato tan duro, bien escrito y bien llevado. Pobre niño. En algo tan corto has conseguido crear intriga. Un beso

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  2. Me has dejado con mal cuerpo. Pues los Reyes no pueden hacer estas cosas, de traerte a nadie. Lo has contado muy bien y no he podido quitar los ojos de la lectura, con una buena descripción aunque un poco duro. Te mando un abrazo.

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  3. A veces tenemos deseos que sabemos son imposibles de cumplir, pero que nada perdemos con desear.
    Muy triste historia :(

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  4. Muy buen relato, muy triste, y muy sentido. Que desconsuelo para el niño y su familia. :(
    ¡Saludos!

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