lunes, 19 de octubre de 2015

Misterio

Hace unos pocos meses inicié junto a dos amigas un grupo llamado Reveletrados, en el cual se propone un tema semanal, la idea es subir un texto y una fotografía propias que giren en torno al tema. Esta semana se escogió: Misterio. #YoSoyReveletrado

Comparto lo que salió para esa semana.

Grupo de Lectura

Nos reuníamos una vez al mes en la casa del gordo Cepeda, un tipo bastante extravagante pero con un corazón enorme y con una hiperactividad de no creer para su edad. Solíamos escribir historias y leerlas, puede sonar un tanto aburrido, sin embargo el ambiente era propicio para las risas  y para hablar sin tapujos de cualquier tema que se nos pasara por la cabeza.

La última vez que nos reunimos fue en octubre, el escrito consistía en una historia de terror además de utilizar un disfraz, lo estuve pensando durante semanas y la verdad no se me ocurría sobre que escribir y sí que menos el traje que iba a utilizar. Me decanté por llevar una chaqueta negra con capota y una máscara, no escribí nada porque les iba a mostrar la mejor historia del mundo.

Fue un sábado el que nos reunimos, estaban los dos gatos del gordo Cepeda y las caras tan usuales que asistían: Carlo el escritor, un tipo muy divertido y sincero que era quien mantenía en orden al grupo. Daniela que era escritora, compartía casa con Carlo, una mujer silenciosa y taciturna pero muy amable. Julio que trabajaba para una multinacional y quien poco a poco fui viendo como un ser humano y no como el hombre idolatrado del que todos hablaban. Tania, extrovertida, risueña y aunque hablaba mucho, era poco lo que solía decir, por último estaba Lana, mi amiga y por quien había sido invitado.

Poco a poco fueron llegando las personas, algunas puntuales como Carlo, Daniela, Lana y yo, otras tarde como Julio y Tania, era muy usual que se diera de esa forma la llegada de las personas, poco a poco vamos conociéndonos y hasta prediciendo lo que otros harán o dirán. Comenzamos comiendo una pizza porque reunión lectora sin comida es como fiesta de adolescentes sin alcohol.
Comenzó leyendo Carlo su macabra historia, muy visceral y descarnada. Seguimos de esa manera leyendo y horrorizándonos con las ideas macabras que parecen albergar la mente humana y que solo nos atrevemos a materializar en una hoja de papel.

Instantes antes de que mi turno comenzara me levanté y les serví a cada uno un trago de Ron, le pedí al gordo cepeda permiso para colocar música y crear el ambiente necesario para mi historia. Me puse mi mascara y comencé a narrar, la historia se desarrollaba en una granja. Al terminar había un silencio abrumador, todos dormían plácidamente.

Salí del apartamento con mi mascara llena de sangre mientras cantaba triqui triqui Halloween…