La granja
Espero que esta historia que narraré a continuación no sea tomada a la
ligera, no soy un hombre que cree en sucesos paranormales y aún así son los
hechos verídicos que me trajeron hasta este oscuro y agobiante recinto. El
recuerdo de lo que sucedió me impide conciliar el sueño, me avergüenza narrarlo
pero para continuar con lo que me queda de vida es necesario.
Mi familia vivía en una pequeña granja que nos permitía tener las
comodidades básicas. Crecí rodeado del amor de mi abnegada madre y la fortaleza
de mi generoso padre, a quienes nunca escuché lamentarse por todo el trabajo
que tenían que realizar en la granja. Tuve una buena relación con mis hermanos
mayores, quienes deseaban una vida mejor y se marcharon en cuanto pudieron a la
capital.
Cuando cumplí dieciocho años, llegó a nuestra granja un hombre muy
extraño, que mi padre contrató para trabajar con nosotros ya que no dábamos
abasto con todo el trabajo que teníamos, era un forastero que deambulaba sin
patria y sin hogar, buscando trabajo por temporadas, era un hombre con una
mirada sombría y retorcida, su única pertenencia era una maleta que guardaba
con celo, evadía las preguntas sobre su pasado y se limitaba a sonreír sin
decir palabra alguna, un aura de misterio lo envolvía. A partir de ese momento
nació en mí un interés por descubrir quién era en realidad ese hombre.
Mi imaginación me atormentaba con escenas violentas donde el hombre
asesinaba a mí familia y a mí, de manera que desaparecíamos sin que nadie lo
supiese, las noches resultaban eternas por este mismo hecho y no lograba
conciliar el sueño, cada noche era una pesadilla. Mi obsesión me convirtió en
un ser huraño, agresivo y violento; mis padres notaron mi cambio pero lo
atribuyeron a cosas de la edad.
El primer incidente que debió alertar a mis padres, pero que pasó
inadvertido se produjo algunas semanas después de la llegada del hombre, de
alguna manera logré entrar en el cuarto que usaba el hombre, cerca al granero
donde en otro tiempo ocupaban los esclavos, revise sus pertenencias y entre
ellas encontré el maletín que no dude en abrir, en su interior vi cosas que me
estremecieron, eran fotografías de cuerpos cruelmente mutilados, hombres,
mujeres y niños, me alarmé pero no podía confesar aquello sin delatarme,
el secreto carcomía mi alma y mis pensamientos.
Durante la tarde de ese mismo día me encontraba pensativo mientras
cortaba en trozos pequeños la leña con el hacha, mi mente no dejaba de dar
vueltas sobre el hombre y lo que había descubierto, de repente nuestro perro,
la mascota que más amaba, apareció impaciente ladrando y saltando, intenté
calmarlo pero fue una tarea imposible, me exasperé y sin pensar en las
consecuencias propiné al desgraciado animal un golpe con el hacha. Enterré el
cuerpo y prometí volver a ser quien era.
Mis temores se vieron realizados una noche en la que mis padres fueron
hasta la ciudad, estaba solo y decidí seguir al misterioso hombre hasta la
taberna del pueblo. Parecía una noche normal, las personas embriagándose y
divirtiéndose al son de la música, cuando me disponía a marcharme una riña se
inició, y pude ver con creciente terror como el misterioso hombre
asestaba un violento golpe a su contrincante, el cual lo dejó mortalmente
herido. Vi al hombre huir rápidamente hacia nuestra granja.
Sentía una pesadez que se extendía por todo mi cuerpo, y corrí tras el
hombre, sabía que se disponía a huir después de lo sucedido y no se lo iba a
permitir, fui rápidamente a donde se estaba hospedando y tiré la puerta, no
dudé en confrontarle sobre lo sucedido, se encontraba nervioso y era mi única
oportunidad para descubrir la verdad, recuerdo como me miraba, parecía carente
de emociones sin vida, su mirada me atravesaba la mente como leyendo mis
pensamientos. El hombre se fue acercando poco a poco y cuando estaba lo
suficientemente cerca, le grité que se alejara pero no lo hizo, por el
contrario siguió acercándose, recordé que llevaba en el cinto un cuchillo que
saqué, el hombre me agarró el brazo con fuerza y sin dudarlo clavé el cuchillo
en su pecho, repetí la acción varias veces. Cuando el cuerpo sin vida yacía
sobre el suelo, una sensación de placer embargó todo mi cuerpo.
Rápidamente pensé en lo que debía hacer con el cuerpo y la única
solución posible era enterrarlo. Esa misma noche cavé y enterré el cuerpo
y queme sus pertenencias, limpié cualquier rastro que pudiese inculparme. A mis
padres les pareció sospechosa la repentina desaparición del hombre, pero
algunos días después la policía llegó a nuestra granja en busca del hombre, ya
que se había producido un asesinato en la taberna y varios testigos le habían
visto dar muerte a un miserable hombre. La policía buscó por todas partes pero
no encontró nada. Mi felicidad por qué no se descubrió mi crimen me llenó de
una paz que hace mucho no sentía.
Cuando la policía se iba, vi con creciente horror a mi perro, el que
había matado, escarbando en el lugar donde había depositado el cuerpo del
hombre, corrí y grité para alejar a el perro pero en cuanto llegué no había
allí nada, y la tumba había sido escavada y el cuerpo lucía a la vista de
todos, mis padres y la policía estaban perplejos; intenté huir pero la
policía me atrapó, tal vez mi conciencia me jugó una mala pasada e imaginé a el
perro, o tal vez no. Ahora estoy listo para el propio final de mi vida.
El corredor de este pasillo y la espera realmente son agobiantes, vienen
a mi voces que me gritan y no me dejan en paz, veo seres de toda clase.
Felicidades por el relato, me ha enganchado y mantenido en vilo
ResponderBorrarUn besote ^^
Un buen relato. Yo lo releería. Creo que el no haberle dado nombre al "hombre" hace que repitas mucho ese término para referirse a él. Sin embargo, me gustó la trama.
ResponderBorrarSaludos!
Me ha gustado mucho el hecho de que el relato esté narrado en primera persona y me parece una característica muy propia del terror que la incertidumbre que siente el protagonista por ese extraño desde el primer momento desencadene todos esos acontecimientos hasta su oscuro final. Sin duda encaja en el género.
ResponderBorrarUn saludo!
Muy interesante, felicidades :)
ResponderBorrarEl planteamiento de la historia es bueno. Me gusta. Tal vez en algunos párrafos necesitarías cambiar comas por puntos, para hacer la lectura más cómoda. Coincido con Erzengel en que la palabra hombre se repite más de una vez en la misma frase. Un nombre o un sinónimo habría venido bien. Gracias por compartir.
ResponderBorrarExcelente! me gustó mucho la narración, desde el primer párrafo ya me había atrapado por completo.
ResponderBorrarLa verdad es que no esperaba que fuera él quien se convertía en asesino.
Un abrazo
Uh, los cuentos de terror a menudo me dejan pensando que ojalá hubiera habido más espacio. Las dos intervenciones del perro me parecieron apresuradas.
ResponderBorrarPor lo demás, buen trabajo; sí lo mantiene a uno pensando... de hecho, todavía estoy dudando cuánto fue cosa de su imaginación y cuanto algo más.