martes, 5 de febrero de 2019

Comer Rezar Amar - Elizabeth Gilbert

Creo que he visto la película unas 10 veces en el último año por pura casualidad. Prendo el televisor, paso canales y aparece la película, nunca en el mismo canal pero siempre en la misma parte, y por eso decidí que era una señal del destino que me pedía a gritos que leyera el libro. Kathe me prestó su libro pero luego una conocida estaba vendiendo esta edición que tiene la portada de la película a un muy buen precio y lo compré.

Ficha Técnica:


Libro: Comer Rezar Amar
Titulo original: Eat, Pray, Love: One Woman´s Search. 
Autor: Elizabeth Gilbert.
Año: 2010 (2006).
Páginas: 350 Páginas.
Editorial: Aguilar (Penguin Random House).

Sinopsis:

A los treinta y un años y con una vida aparentemente perfecta, Elizabeth Gilbert se traslada con su marido a las afueras de Nueva York y decide intentar tener un hijo, sólo para darse cuenta de que no quería ni un hijo ni un marido. En plena crisis emocional y espiritual decide empezar de nuevo y emprender un largo viaje. Este libro es la bitácora de esa travesía, en la que la autora descubrirá el placer sensual de la buena mesa y la buena conversación (la dolce vita romana), la paz interior alcanzada mediante la meditación en Bombay y, por fin, el deseado equilibrio entre cuerpo y espíritu en Bali.

Mi Opinión:

Elizabeth comienza este libro hablando de los japa malas y la relación con la novela, nos explica la estructura del libro, tres partes de treinta y seis capítulos o historias cada una, donde narra su viaje por tres ciudades: Italia, India e Indonesia. Esta narración por estos tres países es a la vez la manera de contar detalles de su vida que se le estaban haciendo difíciles e insoportables: la depresión, las noches de insomnio en las que lloraba en su baño, el divorcio, la relación con un hombre más joven que inició durante el proceso de divorcio, la espiritualidad, el amor y el equilibrio.
"Lo único que me parecía tan impensable como irme era quedarme. No quería destrozar nada ni a nadie. Sólo quería marcharme silenciosamente por la puerta de atrás sin discusiones ni secuelas, y no parar de correr hasta llegar a Groenlandia". 
Italia, además de ser el abrebocas, resulta ser la parte más entretenida del libro porque conocemos fragmentos de la vida de Liz, como mencioné anteriormente, habla de la depresión (se menciona la enfermedad mental y el tratamiento psiquiátrico y creo que son temas de los que se deberían hablar más en nuestra cotidianidad), del divorcio, básicamente habla de las relaciones de pareja que vienen cargadas de pequeñas violencias y además se centra en David y lo que ella menciona como la necesidad de tener una pareja, pero a la vez nos retrata su posición respecto a la maternidad y al embarazo.

En Italia Liz empieza a entender la diferencia entre placer y entretenimiento. Me marcó mucho eso de que las personas se pueden sentir culpables por obtener placer y no nos damos el permiso de disfrutar porque lo merecemos aunque no lo merezcamos (¿tiene algún sentido esto?). Esta primera parte es mi parte favorita porque no se me hizo pesado y a pesar de tener temas complejos, los aborda de una manera casi superficial.
"Cuando te pierdes en un bosque, a veces tardas un rato en darte cuenta ue te has perdido. Te puedes tirar un buen rato intentando convencerte de que te has alejado un poco del camino, pero que lo vas a encontrar de aquí a nada. Entonces cae la noche sin parar, y sigues sin tener ni idea de dónde estás, y ha llegado el momento de admitir que te has apartado atolondradamente del camino, tanto que ya no sabes ni siquiera por dónde sale el sol". 
India me resultó desconcertante y aunque no me pareció aburrido, no logré entender del todo lo que explicaba o su intención si es que había alguna. Supongo que mi mayor problema con esta parte es la estadía permanente en el ashram, pensaba que iba a conocer más de India, y por consiguiente la explicación sobre todos estos términos del hinduismo y del yoga que no eran mi intención conocer (por lo menos en este libro y no de esta manera) me resultó poco estimulante en la lectura. En este momento soy incapaz de recordar algo memorable para mí de esta parte del libro.
"- No te disculpes por llorar. Sin sentimientos, no somos más que robots". 
Por último Indonesia me pareció incomprensible pero me pareció hermoso a la vez. Creo que en mi mente retengo imágenes muy poderosas de la narración y personajes (que se supone son reales) de los que me habría encantado que se dijera más, como por ejemplo Ketut, un anciano curandero, y Wayan, una curandera divorciada. Hay cosas tan maravillosas en esta parte, como por ejemplo, la idea del cielo y del inferno que son lo mismo pero que se llega de manera diferente, al cielo se llega con felicidad y al infierno, que es el cielo también, se llega a través del dolor (esto me hizo estallar la cabeza). Sin duda esta parte es el paraíso (a pesar de que ciertas costumbres que se explican, me generan rechazo).
"He conocido personas muy espirituales que parecen vivir en un estado de desconexión total de los demás seres humanos y a los que, cuando me hablan de su sagrado anhelo de desapego, me dan ganas se sacudirles y gritar: `¡Oye, si eso es lo último que necesitas´". 
Es un libro entretenido pero que raya en la superación,  y eso me molesta porque lo que funciona para algunos no es una ley que funcione para todos. No quiero opinar respecto a la experiencia de la escritora (por eso no me gustan estos libros) pero no creo que se deba realizar un viaje para encontrar sentido en la vida o que el yoga funcione para todos.  
"No buscamos la felicidad sólo por nuestro propio bien y para poder seguir vivos, sino que es un generoso regalo que hacemos al mundo. Si te limpias por dentro para librarte del sufrimiento, es como si te quitaras de en medio. Dejas de ser un obstáculo, no sólo para ti mismo, sino para todos los demás. Sólo entonces estarás libre para poder servir a otros y disfrutar de ellos". 
No disfruté este libro porque estaba plagado de errores (por lo menos en la edición que leí) y porque hay temas que no logro entender muy bien, porque no siento que ahonde en los sentimientos de una manera que pueda sentir empatía por lo que describe. Es un libro que leí con obsesión pero que me deja vacío.

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